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VIAREGGIO. Todos los ciudadanos italianos, desde los que viven en pequeños pueblos a los habitantes de grandes ciudades, han soñado gracias a Totò Di Natale durante el partido Italia-España. El jugador tiene que acordarse sólo de dos colores en su carrera profesional: la camiseta azul con la cual jugó en el Empoli y juega ahora en la selección italiana y aquella blanca y negra a rayas verticales del Udinese, su equipo actual, y del Viareggio, el club de la ciudad de la ribera toscana.

Nacido en Nápoles, ahora tiene 35 años, parece que no se sienta tan viejo como sus compañeros que ya han colgados sus zapatos o planean la retirada. Su trabajo es convertir los sueños en realidad y eso es lo que hizo el Domingo pasado durante el partido de Euro 2012 contra España, terminado en paridad (1-1). Eso es también lo que hizo hace diez años en Viareggio, cuando el club local estaba en la Serie C2, la cuarta división de fútbol italiano.

Di Natale empezó llevar la camiseta del Viareggio sólo en la estación 1998-99. Sólo pocos meses le fueron suficientes para ser amado por sus fans. Toda la ciudad recuerda con alegría esos días y celebra su “cazador de goals”.

El jugador napolitano ingresó en el Viareggio cuando ya la temporada había empezado. Empoli lo ofreció al equipo del Varese en la tercera división, pero no tuvo muchísimas oportunidades para expresar su propio potencial. Después decidió bajar una división para jugar regularmente. Debutó con sus nuevos compañeros de equipo el 11 Octubre de 1998. Este día el Viareggio empató contra el Fiorenzuola 1-1 y fue Vitaliano Bonuccelli, llamado “El Condor (Buitre)”, el delantero que siempre estaba al lado de Di Natale, que marcó el gol del resultado final.

Sus exordios eran muy alentadores. Totò sólo tenía 21 años e ya era un ejemplo de gran abilidad y prestigio en el mundo del fútbol con Bonuccelli también. El convenció el manager del equipo del Viareggio Roberto Pruzzo, el ex delantero de la Roma, de que era un jugador que merecía la pena, que era muy hábil en el fútbol.

A partir de este momento, él tuvo que esperar un mes para su primero gol. El 8 Noviembre de 1998 el equipo ganó 3-0 contra el Novara con Di Natale que marcó un doblete. El 22 de Diciembre fue un día memorable para Di Natale en Viareggio. El equipo ganó contra el Biellese 5-0 en el Stadio dei Pini y los fans asistieron a uno del partidos inolvidables del Viareggio con una tripleta de Di Natale y un doblete de Bonuccelli. A partir de ese momento el Viareggio empezó su sueño en el mundo del fútbol.

Objetivamente, formaron un equipo muy fuerte con Di Natale como rápido y pequeño segundo delantero y Bonuccelli como delantero central especializado en contraste aéreo y muy peligroso en la área pequeña.

El año nuevo empezó en la misma manera de como acabó lo pasado: con el equipo ganador sobretodo gracias a los goles de Di Natale. El 6 de Enero el Viareggio jugó en Sanremo y el napolitano marcó dos veces pero, sucesivamente, desafortunadamente tuvo que ir al hospital para una gripe y no se presentó en unos partidos sucesivos.

El día de San Valentino el amor entre la ciudad y Di Natale había oficialmente florecido y fortalecido por el tercero doblete del jugador durante el partido contra el Fiorenzuola que terminó 4-3.

Después de un mes, el jugador hizo su décimo gol de la temporada en un partido que acabó 1-1 contra el Pontedera. Como todas las breves pero intensas historias de amor, llegó el momento de la despedida también y Di Natale dejó felices sus fans la última vez en el derby donde marcò contra el Pisa, terminado 1-1.

Acabada la temporada, Di Natale tenía una reputación de todo respecto con 12 goles en 25 presencias, de los cuales un triplete y tres dobletes, que sería un gol cada 180 minutos. El equipo del Viareggio se clasificó décimo al final de la temporada.

Empoli, que ya se había hido de la Serie A, lo llamó y el jugador continuó su carrera alcanzando con el club niveles excelentes. Como la historia se va a acabar todos lo sabemos; Di Natale fue convocado por la primera vez en la selección italiana, jugó en el equipo del Udinese y no se paró jugando para Italia desde el 2006.

De todas formas, le huella que ha dejado en Viareggio ne se imagina. Él tiene una amistad especial con Andrea Gazzoli, su ex compañero de equipo y ahora director deportivo, y tiene una mansión en Versilia, donde su familia ví el partido Italia-España.

En este momento no hay fan en la ciudad que no se recuerde la pareja Di Natale-Bonuccelli. Este duo de ataque, según algonos, ha sido el mejor de todos los que, hasta ahora, han jugado en el Stadio Dei Pini.

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